Estoy fundamentalmente de acuerdo, y esa ---en teoría--- es mi posición desde hace tiempo en este debate. En la práctica todavía sigo con ubuntu, a la espera ---como sabéis--- de que debian saque su próxima estable.
El problema de *ubuntu, en este sentido, no es que sea una mala distribución, ni mucho menos. Creo más bien que es bastante buena para un determinado grupo de usuarios, mejor que otras disponibles para ese mismo grupo, y por eso está donde está. El problema es que se ha generado la sensación de que es una distribución fácil, que no da problemas. Esto no es cierto. Para comprobarlo basta con pasarse por los foros de Ubuntu, si es que uno no ha sentido ya en propias carnes dificultades de diversa naturaleza.
No conozco distro que no tenga sus dificultades, incluida Ubuntu. Si aceptamos esto, vamos bien. Y si lo aceptamos tampoco es ya tan grande, a nivel de exigencia al usuario, la distancia entre ella y su madre. Aunque todavía hay una diferencia en este punto ---no lo niego---, pero creo que la razón de ella reside en la flexibilidad de Debian. El que Debian sea, en principio, más maleable y el que ello no se oculte al usuario tiene su contrapartida en el mayor número de decisiones que éste tiene que asumir, y ello quizá sí requiera un conocimiento algo más profundo.
En todo caso, hoy por hoy no concibo que alguien sin ningún conocimiento o sin ningún interés por obtenerlo sea capaz de manejar con cierta autonomía y fluidez un ordenador de escritorio en Linux o en otros sistemas operativos.
En cuanto a lo de la <<difícil>> relación entre la gente de Debian y la de Ubuntu, también coincido contigo: hay de todo, como en todas partes, aunque sean las voces beligerantes las que más se oigan.
[ Padre ]
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