Todo esto viene al caso de la polvareda ([1] [2] [3] [4]) que se ha levantado
debido a las declaraciones anti-Linux de Ramón Buenaventura en una entrevista que le han hecho.
El desencuentro entre Linux y este personaje viene de lejos, y esta
beligerancia es de sobra conocida, por lo que, realmente, en las
declaraciones no hay ninguna novedad. Yo particularmente no les concedo
ninguna importacia. Debemos ser conscientes que toda acción provoca un movimiento de reacción (¿averiguan de donde proviene la palabra reaccionario?). Y si el software libre crea grandes entusiastas, análogamente creará grandes detractores. Es ley de vida, en Estados Unidos tienen a Bob Metcalfe y sus cerdos, y aquí tenemos a Ramón Buenaventura. Francamente, puestos a escoger, prefiero el nuestro. ;-)
Sin embargo, sobre lo que me gustaría llamar la atención es sobre otro hecho paralelo a esta situación. Y es que algunos sujetos que no sé como calificar, se han dedicado, en una supuesta defensa de Linux, a descalificar y denigrar a este personaje por e-mail. Naturalmente, no todas las personas que han tratado de sacarle del error lo han hecho con cajas destempladas, pero éste se ha aprovechado de los ataques más salvajes para hacerse la víctima, y dar una pátina de celotes a los linuxeros.
Contaré una pequeña batallita. Como digo, la manía que le tiene Buenaventura a Linux viene de lejos. En su día, uno de sus artículos provocó que J.R. Palacios le mandara un un e-mail de rectificaciones. Naturalmente el señor Buenaventura no sólo pasó de ella, sino que a los pocos meses cargó en su columna contra algún "linuxero" que le había enviado un mensaje poniéndolo a parir.
Esto nos demuestra dos cosas: primero, que en el tema de la apología del software libre hay que andarse con pies de plomo. Segundo, siempre hay personas que por las razones que sean (yo quiero achacarlo al desconocimiento y a entusiasmo del primerizo) que van a entrar al trapo de esas provocaciones -en las news los llamamos trolls- y entrar en el fácil juego del insulto y la descalificación.
Yo pediría a la gente que por favor, sea responsable con estos temas. Si no sabemos hacer una apología adecuada, al menos permitamos a otros hacerla y no estropeemos sus intentos, embarcándonos unilateralmente en "cruzadas pro-linux". Muchas veces nos pisamos los unos a los otros, y otras servimos de coartada para los que estaban deseando descalificarnos. Seamos conscientes de nuestras limitaciones.
La tarea de apología no puede ser un actividad personal. Otras actividades sí, las podemos realizar por nuestra cuenta sin contar con los demas, si así lo deseamos -por ejemplo, hacer software- y con ello no los perjudicamos. Pero con el tema de la apología sí, porque apología no hay más que una, y la imagen de un linuxero se transmite a todos los demás. No se dice "que integrista es fulanito de tal", sino "que integrista es la comunidad Linux". No se hacen distinciones, y por lo tanto, sea cual sea la imagen que demos, la tenemos que dar como un grupo. Así que me gustaría por favor invitaros a que, en el caso de un próximo artículo, entrevista o lo que sea, no caigáis en la tentación de tratar de contestar por vuestra cuenta. Primero, porque es inutil. Segundo, porque todo lo que digáis no será utilizado en vuestra contra, sino en la de los demás que no lo han dicho.
¿Y qué podemos entonces hacer ante estas opiniones anti-SL? ¿Callarnos, quedarnos de brazos cruzados? Naturalmente, actuar de forma coordinada. Os contaré una vieja batallita.En 1.999 en las news creamos una iniciativa que llamamos "El Observatorio de Tux", para tratar de dar respuesta a todos esos artículos por entonces tan habituales que metían la pata una y otra vez hablando de Linux y software libre. Por ejemplo, la anterior carta de J.R. Palacios entraba dentro de ella. Si bien la iniciativa -como tantas otras- no prosperó, la idea de actuar organizadamente está ahí.
¿Hace falta crear un grupo de apología del SL? Pues no, porque afortunadamente hoy por hoy está creado, y además dentro de un marco incomparable: la asociación Hispalinux. El grupo de trabajo Defensa del Software Libre tiene esa pretensión: defender al SL de los ataques injustificados, aclarar los malos conceptos e informar lo máximo posible. Hacer, en definitiva una buena apología. DefSL cuenta con el respaldo de poder hacerse oir en los medios de comunicación como una asociación de prestigio que pone voz a sus 3.500 socios. También es una labor que pueden ser tomada por los grupos locales en sus respectivos ámbitos, lo mismo que a nivel internacional intervienen las grandes organizaciones y los grandes gurús. Cada uno en su nivel de aplicación, representan opiniones cualificadas. Es cierto que cualquiera puede tener y defender sus propias ideas acerca de lo que es el software libre, pero no es menos cierto que el prestigio de cada cual se suele ganar mediante sus aportaciones palpables a la comunidad, y el hecho de ser reconocidos como "voces" cualificadas es una recompensa muchas veces a una trayectoria que demuestra una comprensión y un alto compromiso con el movimiento.
Puesto que en este país tenemos pocas voces que por su prestigio se puedan hacer oir, debemos aprovechar la representación de nuestros grupos, con Hispalinux a la cabeza. Por favor, hagamos una apología responsable. Si estás interesado en participar en la defensa de Linux, documéntate y participa en ella dentro de DefSL o algún otro grupo al efecto. Si no es así, te pediría que apoyaras estos grupos pero no que actuaras por tu cuenta. El hecho de tener una voz lo suficientemente poderosa y respaldada nos permite además si no eliminar, al menos atenuar fuertemente el ruido producido por estos "francotiradores" despistados, y sus efectos más perversos.