Voy a otro ordenador y pido el comodín del público en el IRC. ¡Pásale el
memtest! -me apuntan desde una de las últimas filas del graderío. Me lo bajo
y lo echo a rodar. Empieza bien, pero pronto empiezan a discurrir tantos
errores por la pantalla que aquello parecía un remake de Matrix. Un número,
que apuntaba ya varios millones, no dejaba de aumentar frenéticamente bajo
la etiqueta "Errors". Vaya, pues yo para mí que va a ser la memoria.
Todo el que haya comprado un ordenador alguna vez sabrá que la memoria es
muy caprichosa, y que una tabletita que funciona de perlas en una placa
puede dar problemas en otra. Es algo bastante común, así que no me enfado
mucho y llevo el ordenador a la mañana siguiente con la mejor de mis
sonrisas.
"¿Qué le pasa?" -me pregunta el "tésnico". Yo pa mí que va a ser la memoria,
le digo yo. "Pues no lo voy a poder mirar ahora, me lo vas a tener que
dejar". Va tío, pensaba yo para mis adentros, si es cambiar la memoria; pero
como venía ya con la idea de que iba a tener que dejarlo allí, así me fui,
dándole al tésnico mi teléfono de casa y obteniendo la promesa de que, por
su madre, en cuanto pudiera le echaba un ojo.
Surgieron entonces unos imprevistos que hicieron que aquella tarde no
hubiera nadie en mi casa, así que llamé a la tienda para advertir de que no
estaría en mi gruta y que me podrían localizar en el móvil. El payo me dice
que está con mi ordenador, que no me preocupe que ahora me llama. Bueno,
parece que podré tener mi ordenador para última hora.
Paso por casa de mi amigo para hacer tiempo y, después de hacer mucho mucho
tiempo (éramos dos), decidimos acercarnos a la tienda a ver qué pasaba.
Nada más verme entrar, el tésnico me hace un gesto negativo con la cabeza.
Podría ser que se le hubiera metido el calzoncillo por la raja del culo,
pero me temo que me está diciendo que no ha podido tocar mi ordenador. "Es
que tengo 5 aparatos aparte del tuyo" -me espeta a modo de excusa. Si
hubiera tenido 7 años me hubiera dicho que mi ordenador se lo había comido
el perro. De todas maneras, y probablemente abochornado por la situación, si
es que aquel individuo conocía el bochorno, me dice que va a ver qué puede
hacer, que me espere. Vamos, que va a ver mi ordenador por primera vez desde
que se lo dejé.
Hace unas indagaciones durante unos minutos y vuelve para decir que tenía la
grabadora pinchada a la "manguera" (desconocía que mi ordenador contara con
un sistema contra-incendios) equivocada y que podía ser una cosa de
configuración. "Pero piltrafilla -pienso yo- si lo raro después de haber
cambiado tanto cable en casa hasta las 3am es que no me haya pinchado yo una
de esas "mangueras" en el culo!".
Para convencerle de que no era un problema de hardware, le relato mis
problemas con sólo los diskettes de arranque y el resto desenchufado, así
como los cuelgues de incluso el memtest. El tío insiste en el fallo de
configuración del hardware. Es más, una de las veces, desde la trastienda, vociferó: "Haalaaaaa, lo habéis reventado". Mi amigo y yo nos miramos con cara mezcla de preocupación y alucine, preguntándonos, exactamente, cuál de todas las partes de un ordenador llevaba goma 2. ¿Podía una placa base reventar? ¿Quizá un disco duro? ¿Reventaría una de esas mangueras si se le metiera agua a demasiada presión? Unos segundos más tarde, el pollo viene con un tornillo y dice: "Habéis apretado el disco duro con uno de estos tornillos gordos y ha reventado el agujero". Es que ese lo quería bien fijo, le digo, que no vibrara. La madre que te puso en el simulador...
En ese momento interviene mi amigo, con bastantes más conocimientos que yo y
pringao circunstancial, y le explica que el disco de arranque del msdos
llega hasta que crea el disco virtual en memoria, y que el kernel del linux
da el crc error al volcarse en memoria y hacer la suma de no sé qué leches y
ver que no cuadra... aderezado con algunas otras explicaciones técnicas a
las cuales no llegué.
El buen hombre parecía seguir el ritmo de las explicaciones a juzgar por el
entrecejo fruncido y la mirada penetrante. Al final preguntó: "¿Cuánta
memoria dices que lleva?". Lleva 256 megas, le digo. El tío mete la mano en
una palangana donde se amontonan lo menos 100 plaquitas de memoria y saca
una. La pincha en el ordenador, lo enciende y el Linux empieza a cargar de
cabo a rabo. "Ah, pues sí, era la memoria". La madre que lo parió.
Digo yo, si llega un cliente que parece que sabe del tema y te dice que cree
que tiene la memoria jodida, ¿no es lo primero que dicta la razón coger una
memoria nueva y pincharla a ver si es eso? ¿Vale la pena enredarse en
análisis más profundos cuando todo apunta a que es eso? Hasta mi abuela
hubiera imaginado que era el dimm de memoria lo que fallaba. ¿Qué hacía
aquel hombre arreglando ordenadores?
Alguna vez me ha dicho un amigo: "Oye, ¿por qué no nos dedicamos a montar
ordenadores y los vendemos?". Porque no tenemos ni puta idea, digo yo. ¿Y
qué pasa cuando uno no tiene ni puta idea? Pues pasa esto, sin ir más lejos.
Y otra es el mentir descaradamente al cliente. "Ahora te lo miro", "Estoy
con él", "Me pillas justo abriendo la caja". Ya, la caja de caudales,
ladrón. Yo en mi casa la mar de contento pensando que me estaban arreglando
el ordenador, pensando que lo iba a tener listo par el fin de semana, y el
tío se estaba rascando las bolas mientras me daba largas por teléfono. Si no
me llego a plantar allí, ahora no estaría escribiendo esto. Cinco minutos le
costó, y porque se paró a discutir. Si no lo va a tener hasta el Lunes,
"¿por qué no me lo dice?". ¿Acaso cree que no voy a ser capaz de soportar
semejante revés de la vida? Joder, si tuviera un cáncer... ¡pero es un
ordenador!
Esa misma tarde tuve otro episodio similar pero con una instalación de aire
acondicionado. Fue un día completo. ¿Qué opináis de tanta incompetencia?
¿Por qué se miente a los clientes cuando se les debería llevar en bandeja?
¿Una empresa que hiciera las cosas como se deben hacer podría comerse el mercado?