El desarrollo de software libre, tiene ciertos peligros, que como apunta Alan Cox en Cathedrals, bazaars and the town council (Catedrales, bazares y el Ayuntamiento), pueden llevar al fracaso un proyecto. En ese documento A.Cox viene a decir que un proyecto de software libre puede caer en el modelo que el denomina "Ayuntamiento", con listas de correos pobladas de "supuestos" colaboradores donde abunda la buracracia, las continuas discursiones y planificaciones, pero donde el código y el trabajo real para conseguir avances prácticos es excaso o inexistente.
Personalmente conozco varios proyectos que se pueden perfectamente englobar en la categoría de "Ayuntamiento", y que ves como irremediablemente se precipitan al fracaso, ya sea porque nadie hace nada o porque los pocos que hacen, dan la cara y organizan/dirigen el proyecto no consiguen una colaboración real y muchas veces son diana de las críticas del resto.
Pienso que el modelo de desarrollo del software libre, ha demostrado que puede llegar a ser exitoso desde el punto de vista técnico, el código es rápidamente mejorado y la reutilización se lleva a su máximo exponente produciendo unos tiempo de desarrollo mucho menores que en el caso del software cerrado, pero aún así hacen falta otros mecanismos que incentiven u "obligen" a que el trabajo en él sea productivo y abundante, y no sólo confiar en la supuesta "generosidad" de los beneficiarios del proyecto.
La pregunta ahora sería que mecanismos puede utilizar el administrador o administradores de un proyecto para que el ciclo de cooperación sea completo, y el beneficio que el proyecto ofrece vuelva en parte hacia él en forma de colaboraciones, y por lo tanto se consiga un avance.
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