Lo bueno si breve dos veces bueno. Este refrán tan sencillo viene a decir en el mundo de la informática: Lo bueno si no ocupa la mitad de tu disco duro es la hostia.
Me niego a ponerme el KDE o el Gnome. Los puse una vez, los probé y no me gustaron. Además, no hacían más que romperse. El KDE que probé (que debía ser la versión con más errores de la historia, o eso espero) cerraba él solito las ventanas cuando le daba la gana, igualito que el MS Windows. Y el Gnome, qué decir de la traducción del Gnome que probé, ya podías poner lo que te diese la gana en el editor de menús, que el pondría lo que le diese la gana en el menú.
Así, que cansado de cosas tan grandes y con tantos fallos, volví a mi querido twm, pero, oh! sorpresa, decoraba ventanas que yo no quería decorar (o sea, el XMMS, que funciona en mi nuevo P4, aunque no en mi queridísmo 486). Así que puse mi también querido fvwm, pero me hizo alguna pirula, de la que ya no me acuerdo, y le castigué al dpkg --purge. Y así es como acabé poniendo el mwm, que por ahora no hace nada raro, y más le vale, porque el dpkg siempre está al acecho.