Hace poco, un amigo de mi padre, ignorante en materias informáticas, se presentó en mi habitación con la confianza que los años de amistad le otorgan. Me dijo que, como yo entendía de ordenadores, podía echarle una mano. Quería asesoramiento sobre qué ordenador comprar. ¿Qué usos va a tener el bicho? (pregunta TM #1 que debe realizar el galeno en estos casos). Pues lo típico: navegar un poco por internet y escribir alguna cosilla con el word.
Coño, pensé yo, eso se hace con un pentium 200 MMX como el que tienen mi padre o mi hermana, que hay que ver la guerra que siguen dando años después. Pero añadió: "Ah, y para que juegue el chiquillo". El ruido de una máquina tragaperras cagando euros sonó en la habitación. Le expliqué que para jugar hace falta un ordenador último modelo, y que esos son caros. Además, le dejé bien claro que aquello no era como comprar un piso o unas tierras al lado de la playa, que aquello no iba a ser una inversión para toda la vida y que en tres años máximo iba a tener que tirarlo a la basura.
"Ya, bueno, pero eso se puede ir ampliando" - Contestó. Pues no, la verdad es que no mucho. En tres años, si quieres seguir jugando, puedes aprovechar el monitor y el CD-R; el resto nuevo. Aquello parecía ir contra sus planes. El presupuesto se había disparado. Para tranquilizarle le dije que había ordenadores bastante asequibles. Sí, sí, me dijo, veo muchas ofertas de ordenadores con un montón de cosas por algo menos de 1000 eurolitos. Sí, añadí yo, pero ese ordenador tan completo no trae ni el monitor TFT ni la impresora, con lo cual los 1000 euros se convierten en 1400. Comienza el drama.
Atenazado, y ya sin escapatoria, me dice: "Pues una tarde de estas en que no tengas nada que hacer (vamos, una de esas que no existen) paso a recogerte, vamos, lo compramos y vienes a casa y lo montas". Ya está, ya la hemos liado. "Sí, sí, claro, sin problemas" (cagada TM #2) digo yo.
"Oye, y eso del internés, ¿cómo se hace?". Esta sencilla frase te introduce en el marrón de lidiar con la señorita de la compañía telefónica ACME, que afortunadamente actuará ágil porque es un alta, y la instalación y testeo del kit ADSL cuando llegue a casa en una de esas tardes en las que tampoco tienes que hacer nada.
Como podéis ver, estoy metido hasta el cuello. Esto fue la segunda semana de Abril. El plazo máximo de instalación termina la segunda semana de Mayo. La garantía es de por vida. Ojalá vaya, lo instale, monte el ADSL y no vuelva a ser requerido nuevamente. Buena señal sería, pero me temo que el diario de esta "pringada desde cero" (Pringing from scratch que dicen los sajones) va a tener muchas entradas. Puede que no hoy, ni mañana, ni la semana que viene; pero esto no acabará pronto.
Ya está, ya doy soporte a Hasefroch en una casa más.
PD: El otro día, un amigo con dilatada experiencia en el pringing me contó su estrategia: cuando alguien se quejaba de que algo no iba o de que tenía un virus, decía que le llevaran el ordenador a casa. Allí lo tenía una, dos semanas o las que hiciera falta. Si le preguntaban, decía que el tema era jodido y que la cosa iba para largo. Al final, una noche, antes de irse al catre, le echaba un vistazo y lo apañaba. El cliente volvía a recogerlo y le expresaba su admiración por sus dotes para con los ordenatas.
Sistema sencillo, limpio y sin cortes. Si el que no tiene amigos pringados lo lleva a la tienda, ¿por qué no se va a desplazar el que los tiene? Tal que así voy a actuar yo en mis próximas actuaciones. Revisaré los históricos a ver si bajan las incidencias.