la historia
En 1982, cuatro gafapastas fundaron Sun Microsystems, Inc. En esos tiempos, multitud de empresas (Xerox, Apollo, Computervision) producían estaciones de trabajo a medida. El gran acierto de la nueva empresa, como nos cuenta Vinod Khosla en este apasionante ensayo, fue adaptar componentes y software estándar para crear una estación barata y compatible, basada en Unix. Del plan de negocio original:
Ajustándose a conocidos estándares industriales -- procesador Motorola 68000, Multibus de Intel, conexión Ethernet de Xerox, sistema operativo UNIX de Bell Labs, lenguajes de programación C, PASCAL y ADA, la estación de trabajo SUN posibilita su integración en los sistemas de los fabricantes de equipos originales [OEM] con el mínimo esfuerzo.
Como puede verse en la maravillosa página de Eric Levenez, Sun creó su propio sistema operativo, SunOS, en 1982. Estaba basado en BSD, la versión libre de Unix mantenida por la universidad de Berkeley. Pero el futuro de BSD Unix no estaba nada claro: AT&T demandó a la universidad por el uso indebido de su código. Aunque finalmente Berkeley conseguiría el reconocimiento de sus derechos, lo que daría origen a FreeBSD, OpenBSD y NetBSD [requiere registro], en ese momento el futuro de Unix no estaba claro. En 1991 (el mismo año en que un estudiante finlandés conseguía la especificación POSIX y empezaba a trabajar en un kernel para GNU) Sun se pasó a una nueva versión basada en System V, Solaris.
En 1987 Sun creó sus propios procesadores SPARC, con lo que controlaban los elementos claves de la cadena de producción, hardware y software. El mercado en 1992 estaba maduro para la introducción de servidores, y en un solo año Sun vendió más sistemas Unix que todos los demás fabricantes juntos.
A finales de los '90, Sun estaba en una posición inmejorable para explotar el auge de internet. Java, 64 bits, alianza con Netscape... Y de hecho vendían máquinas tan rápido como podían fabricarlas.
la caída
Durante el 2000 llegaron las vacas flacas. La supuesta revolución de internet, comparable (y comparada hasta la saciedad) con la revolución industrial, resultó no ser tal: resulta que el comercio electrónico, oh sorpresa, no es tan atractivo como parecía, y la gente, ignorante del cambio social, sigue yendo a las tiendas a comprar. Por aquí nos dimos cuenta de que Terra, al fin y al cabo, no era más valiosa que Repsol.
Mientras las empresas punto-com caían como moscas, Sun veía cómo sus mejores clientes se arruinaban y los pedidos dejaban de llegar. Pero la cosa iba a empeorar: en un par de años Intel consiguió alcanzar y en muchos casos mejorar el rendimiento de los procesadores UltraSparc. Los servidores Intel de bajo precio finalmente podían competir con las vacas sagradas. Así que
¿qué sistema operativo le pondremos al nuevo servidor dual Xeon?
el núcleo
Resulta que entre tanto nuestro amigo el estudiante finlandés ha conseguido refinar el kernel y, junto con el código del proyecto GNU, crear un sistema operativo completo. Lo que el enfoque más académico de la familia *BSD no consiguió en su momento se ha logrado con una aproximación ecléctica y anti-purista: atraer a aficionados de todo el mundo, e interesar en el proyecto a grandes empresas como IBM o HP. En 2000, IBM se compromete a invertir 1000 millones de dólares en Linux; en 2002 la empresa afirma haber recuperado la inversión con creces.
Por su parte, Solaris suele verse como el Unix comercial más avanzado, y es respetado por ingenieros y aficionados. Cuando, durante los años 90, todos los fabricantes comenzaron a diferenciar sus sistemas operativos a base de introducir incompatibilidades, Sun consiguió permanecer a la cabeza de todos ellos. Se pueden resaltar sus avances en hotplug o enchufe en caliente; las últimas versiones permiten hacer transplantes de cerebro en caliente, es decir cambiar procesadores defectuosos sin parar la máquina.
Un ingeniero de Sun, Eric Schrock, responde en su diario a las sugerencias de abandonar Solaris y pasarse a GNU/Linux que les llegan de todas partes:
La razón principal por la que no podemos pasarnos al carro de Linux es porque Linux no se ajusta a nuestros principios ingenieriles, y eso no se puede cambiar a base de parches. En el grupo del kernel de Solaris, tenemos creencias arraigadas en la fiabilidad, observabilidad, serviciabilidad, gestión de recursos y compatibilidad binaria. Linus ha mostrado una y otra vez que quedan fuera de sus principios básicos, y de hecho él es el único que tiene el control del futuro de Linux.
Esta entrada, humilde en su forma pero incendiaria en el fondo, tuvo pronto su respuesta; decir que Linux no tiene en cuenta la fiabilidad no podía pasar así como así. En LWN se discutió hasta la saciedad, sobre todo los principios de compatibilidad binaria: Linux mantiene la compatibilidad binaria para aplicaciones, pero por diseño el interfaz con las controladoras o drivers se mantiene cambiante. El código que no se mantiene en el repositorio del kernel tiene pocas probabilidades de seguir adelante, si no es mantenido por un equipo dedicado como en el caso de nVidia.
Sun ha prometido liberar Solaris como open-source o código abierto. Los detalles de la licencia todavía no están disponibles; sin embargo, su presidente Scott McNealy afirma en una entrevista que así consiguen "otra x en el folleto". ¿Es ésta la visión del software libre que tiene la compañía? ¿Una marca en el folleto de propaganda?
la oficina
Nuestra empresa favorita afirma ser el mayor donante de código abierto tras la universidad de Berkeley. Su mayor contribución hasta el momento es la suite de aplicaciones OpenOffice.org.
En 1999, Sun compró StarDivision, una empresa alemana que vendía una suite de oficina (procesador de textos, hoja de cálculo, dibujo y demás). Acto seguido liberó el código bajo licencia GPL como OpenOffice.org, y dio lugar a la creación de una comunidad para su mantenimiento. Sin embargo, he leído bastantes quejas sobre el férreo control que Sun mantiene sobre esa "comunidad". Hay un conflicto de intereses clarísimo, ya que siguen vendiendo StarOffice. Y es difícil que nadie pueda bifurcar el código, ya que parece ser complejísimo y monstruosamente grande.
Aún así, OpenOffice.org es un programa fundamental para muchísimos usuarios de GNU/Linux, porque en uno u otro momento necesitamos leer documentos que nos mandan en formatos "estándar" (aunque Word sea el estándar menos estándar que pueda pensarse). Así que, nos guste o no, los usuarios de software libre dependemos de Sun para comunicarnos con muchos usuarios de software propietario, migrar empresas enteras o incluso ahorrarnos unos dinerillos en programas de oficina.
la bestia
En octubre de 2003, un artículo de Eric Raymond predijo la inminente ruina de Sun. En abril de 2004, Sun anuncia la negociación de un pacto con Microsoft, que termina su larga batalla legal a cambio de 2000 millones de dólares -- y también sus problemas financieros durante un tiempo.
De repente, Sun se pone del lado de Microsoft frente a la comisión europea; anuncia que su acuerdo mutuo de uso de patentes no cubre a OpenOffice.org; y por último, en la entrevista citada arriba, McNealy afirma que ambas empresas se unirán contra Red Hat, su enemigo común.
Seguramente os preguntaréis, ¿por qué dos gigantes se unen ante el ataque de un mosquito? Está claro que el empuje de Ñu/Linux se está notando; y como las grandes empresas son incapaces de luchar contra comunidades, tienen que buscarse enemigos que puedan entender. Como Novell o como Red Hat. Pero aún así, Red Hat no factura ni la décima parte que Sun, y Microsoft no digamos. Parece un ataque desproporcionado.
En los comentarios a la entrevista, un lector escribe:
El problema es que Sun se ha quedado sin modelo de negocio. Cero. Linux e Intel están comiéndose rápidamente la gama baja, y no hay sitio para Sun, HP e IBM en la gama media.
¿Cómo pueden luchar en estas condiciones? Sun se gastó 2000 millones de dólares (otra vez la famosa cifra) en comprar Cobalt Networks, una empresa que fabricaba servidores Linux muy majos, según dicen. ¿Para qué? Básicamente, para eliminar competencia -- su línea de negocio no ha cambiado ni un ápice tras la adquisición. Pero eso fue durante las vacas gordas; ahora no podría ni aunque quisiera.
el resto
Conste que hasta ahora no he querido ni meterme en el asunto de la liberación de Java porque me parece demasiado complejo aquí. Sólo un párrafo para contaros que en este frente no hay nada nuevo: Sun parece opinar que su Java Community Process nos provee de todo lo que podamos querer, y su licencia binaria debería contentarnos.
También está la inversión que hicieron en SCO, camuflada como licencia. Se trata de la famosa empresucha que pide tropecientos millones de dólares a IBM por violar sus derechos sobre Unix, y que quiere cobrar peaje por el uso de Ñu/Linux. En Sun parecen pensar, en este caso, que "el enemigo de mi enemigo es mi amigo". Sin embargo, con la jugada perdieron el respeto de mucha gente; demasiado transparente.
la pregunta
Parece claro que en Sun intentan mantener la empresa a flote caiga quien caiga. En el terreno del software libre, dan una de cal y otra de arena, aunque da la impresión de que lo único que consiguen es emparedarse entre Microsoft y GNU/Linux.
¿Tiene Sun los días contados? Es posible que la empresa cambie de dirección (ideológica y humana), y se dé cuenta de que GNU/Linux no es un enemigo sino un aliado en potencia, como han hecho otras antes que ellos; pero el núcleo de la empresa podría sufrir una crisis. No se trata de una gran empresa que pueda envainársela y reconocer que el modelo de software libre sea mejor que el suyo, como ya hizo IBM; durante demasiado tiempo, Sun se ha definido por contraposición a Microsoft, y ahora que han perdido esa referencia buscan otra desesperadamente. No es, por así decirlo, una "empresa agnóstica". ¿Puede reconvertirse en una?
Si finalmente cae, o más bien acaba vendida por cuatro perras, ¿quién puede comprarla? Y ¿qué pasará con Java, OpenOffice.org, Looking Glass, Solaris y el resto? ¿Se perderán sus contribuciones al software libre, y acabaremos todos usando KOffice?