Federico Mena Quintero parece ser consciente del calado del problema y se ha lanzado a la acción directa. Desde hace algún tiempo se dedica a optimizar su especialidad dentro del código de Gtk: el selector de ficheros. Intentando que el tiempo que tarda en abrirse disminuya hasta el no desdeñable límite de 0.1 segundos, ha llegado a la conclusión de que Pango se lleva gran parte de la culpa en lo chocante a rendimiento.
La buena noticia es que Federico se ha liado la manta a la cabeza y, echando mano de otros desarrolladores, está optimizando los puntos flacos en el código de Pango. Al ser Pango un componente de bajo nivel de Gnome (y cualquier otra aplicación de la biblioteca gráfica Gtk), dichos cambios redundarán en una mejora generalizada en la agilidad del escritorio, acorde a los gustos de los usuarios que no paran de quejarse al respecto.
Personalmente, aunque no creo que se oponga al trabajo diario en una máquina potente, sí me molesta la renqueante velocidad de refresco que suelen mostrar las aplicaciones de Gtk2. Aunque en últimas versiones ha habido constantes mejoras, cualquier esfuerzo que se haga en aras de un sistema utilizable en equipos humildes, lo aplaudiré hasta que me ardan las manos. Porque no todo el mundo puede tener una máquina potente.
Es la razón última de esta nota en mi diario. Pido tres hurras por Federico, que se ha embarcado en una cruzada largo tiempo postpuesta. Podéis leer los detalles en su blog de desarrollador Gnome.