nota preliminar
Citaré ciertas palabras extranjeras en este artículo, de uso corriente en castellano y algunas ya adaptadas; aparecerán "entre comillas". Los términos extranjeros no adoptados ni adaptados irán en cursiva (y no en itálica, no queremos enfadar a nadie -- era broma). Me abstendré de usar la cursiva para enfatizar, para evitar líos.
la amenaza
En el mundo de los ordenadores, eminentemente anglosajón, es de lo más normal encontrar terminología originaria del inglés y difícil de traducir. El uso de "bits" y "bytes", "módems" o memoria "RAM" es casi inevitable y se suele tolerar, aunque sea a regañadientes. Sin embargo, cuando hay equivalente castellano sencillo y con cierta implantación, como con "línea de comandos", "customizar", o "encriptación" la cosa cambia: podemos hablar de "línea de órdenes", "personalización" o "cifrar", como bien nos avisa advocatux en su comentario. A mucha gente le ralla (que por cierto es un neologismo) el uso y abuso de palabras importadas.
La búsqueda de equivalencias castellanas tiene un motivo lógico: hacer más fácil de pronunciar y usar la terminología. Esta adaptación se realiza de manera natural en todas las lenguas; en España nos hemos dedicado durante siglos a adaptar palabras árabes, que muchas veces son todavía reconocibles para la gente del otro lado del estrecho.
Pero ¿es mejor seguir nuestro propio camino y usar siempre alternativas castellanas, o castellanizadas? Ciertas palabras técnicas claves en el campo semántico de la computación nos llegaron a través de Francia: la misma "informática" (informatique) es desconocida en Inglaterra o Estados Unidos, por no hablar de los "ordenadores" (ordinateurs). Por suerte no parece haberse impuesto el malvado "octeto", si bien en Francia sigue triunfando; y un software o programa particular se conoce allí como logiciel. Pero, como es sabido, los franceses siempre han sido muy suyos.
invasión tras invasión
Ahora bien, el inglés se caracteriza precisamente por buitrear de distintos idiomas sin ningún tipo de piedad. Los tres ejemplos de advocatux (simplificando: "comando", "customizar" y "encriptar") provienen en origen del latín. Por supuesto, tras su paso por el inglés tienen una forma distinta de la que tendrían en castellano (que podría ser "mando", "costumbrizar" y "criptar"), por no hablar del significado que no casa del todo; sin embargo, ha sido en el castellano donde se han deformado más. El inglés es también famoso por adoptar formas muy parecidas a las originales, dejando casi intacta la forma; las que distan más de los originales suelen haber pasado una carrera tortuosa por el latín medieval y el francés. Las modificaciones nativas suelen ser mínimas, como el conocedor o connaisseur francés que se convierte en un connoisseur inglés.
La lengua inglesa se formó a partir de una sucesión de invasiones: celtas, romanos, anglos y sajones desde Alemania y Dinamarca, vikingos noruegos, y finalmente normandos; todos han dejado su huella en la lengua. A partir de ese momento son ellos más bien los conquistadores, y desde el siglo dieciséis han expandido su idioma por Estados Unidos, Canadá, Australia, regiones del Caribe, Egipto y Kenya, la India... y por supuesto Gibraltar, dando a los llanitos ese extraño acento entre guiri y chori que es el encanto de turistas y nacionales.
ya nos toca, ¿no?
Y en tiempos modernos los ingleses se han dedicado a exportar lengua al por mayor. Pero al mismo tiempo han importado palabras de rebote de sus colonias y de países cercanos: el hindú, el francés y hasta el español moderno han sufrido un buitreo moderado. Siempre con ese exquisito cuidado con la forma, cuando ha sido posible; y con la pronunciación dentro de las limitaciones lógicas. Todo lo contrario que en el español, donde se han mutilado desde siempre y sin piedad las palabras extranjeras. Así, nuestro "marajá" es una forma corrompidísima de su maharaja (alto rey), que deberíamos más bien pronunciar "majaraya"; cuando tenemos equivalente, como en "Cachemira", la divergencia con Kashmir es evidente.
Los ingleses han llegado al punto de importar varias veces la misma palabra. Un ejemplo: crevice (grieta) llegó del francés medieval en tiempos de la conquista normanda, y volvió a venir siglos después del francés moderno, esta vez como crevasse. La pronunciación varía, pero la forma medieval (crevace) permanece casi inalterada tras ocho siglos.
Cuando se trató de dar nombre a los inventos modernos, los ingleses saquearon las fuentes latinas y griegas -- a veces con híbridos que resultan espantosos a los estudiosos, como en television (tele- del griego y vision del latín; aunque puede que esta misma palabra viniera del francés). Yo, la verdad, no veo por qué; los mismos romanos veían el griego como una lengua culta, y seguro que la habrían combinado alegremente con sus propias raíces de haber tenido necesidad. Por supuesto, una vez formados los términos, los ingleses los exportan sin ningún pudor.
terminología técnica
Ciertas ramas técnicas están hoy día dominadas por ingleses y norteamericanos. Nos sentimos tentados a decir que son todas, pero no es así ni de lejos; por ejemplo la telefonía móvil europea está bastante por delante de la norteamericana, los automóviles de este lado del océano (del que tanto reniegan los ingleses) no tienen nada que envidiar de los suyos, y en cuestiones de manufactura industrial los asiáticos nos dan mil vueltas a todo Occidente. El caso es que electrónica en general, hardware y software sí están de su lado. Y eso tiende a notarse en la terminología.
A veces es necesario importar una palabra técnica. Nuestra lengua viene, lógicamente, del latín; pero de la versión vulgar del mismo, la que trajeron las legiones romanas. Cuando importamos latinismos por vía inglesa, se trata de cultismos igual que cuando los propone la Real Academia. Las siglas son, en general, menos digeribles, pero hay que tragar con ello o afrontar las consecuencias; traducirlas como en el caso del "ADN" (contra el "DNA" más internacional) no resuelve su mal aspecto.
en defensa del uso técnico
Así que no, a mí personalmente no me parece mal el uso de "customizar", aunque en principio suene raro. La palabreja viene de custom, del francés costume, y tiene la misma raíz latina consuetudo que nuestra "costumbre". "Encriptar", aunque suene a meterse en la cama con Drácula, incluso para los anglosajones no es sino un sinónimo de "cifrar" (cipher, del árabe a través del latín); viene del latín crypta y éste del griego kruptos, oculto, y "meter en la cripta" no es mala metáfora para lo que se hace con los datos. Este término es de hecho más preciso etimológicamente que "cifrar", que viene de sifr y que significaba "nada"; al principio "cifra" sólo representaba el cero, aunque vino a dar nombre a todos los guarismos del sistema árabe. El sentido de "ocultar" no aparece hasta mucho más tarde.
Por último, la "línea de comandos" puede efectivamente traducirse como "línea de órdenes"; sin embargo, no veo tampoco ningún problema en usar una adaptación del latín commandare con el sentido específico de "instrucción dada por escrito al ordenador". Así no puede confundirse con órdenes verbales entre humanos, con la "línea de mando" militar ni con ninguna otra cosa. Un "comando" es una palabra específica del dominio informático, con su modo de uso, y con su línea implementada magníficamente en Konsole.
Ni siquiera me daría más empacho recomendar hacer como los ingleses e importar las palabras tal cual. No nos ha ido mal con el "whisky" (integrismos aparte) o con el "ron" (que sí se ha adaptado naturalmente del original rum). Por desgracia, la dificultad de pronunciación que tenemos los españoles con palabras en otros idiomas es legendaria, y sobre todo a la gente mayor se le complica la vida sin necesidad; pero no se me ocurren alternativas decentes al "hardware" o al impronunciable "software". Ante eso, que sea lo que dios quiera; si se usan las palabras acabarán adaptándose. Así que modifiquemos (me resisto a usar "customicemos" sin software por medio) sin miedo nuestro propio idioma para el uso que le damos, que para eso está.
tirada final
Eso no quiere decir que tenga mejor opinión de las consultoras en las que hablan en inglés para ser más guayses. No por dios, eso no. No entre españoles, que me da demasiado la risa.