Aun siendo objetivamente una buena noticia, no puedo quitarme la sensación de que es el movimiento desesperado de quién ya no tiene nada que perder. Y no es el primer ni el segundo proyecto que veo que se libera mucho después de cuando debería haber sido, de cuando podía haber tenido un impacto, y forzados por las circunstancias. Unas veces, porque una killer app de software libre ha "matado" su espacio natural, otras veces porque lo ha hecho una privativa.
Hay una moraleja en todo ésto: no basta sólo con liberar el código; también hay que liberarlo a tiempo. |
|
|